Hay músicas que huelen a sal, a despedidas que nunca terminan y a recuerdos que se resisten a desaparecer. Así suena Carey, el proyecto musical que une las almas inquietas de Aarón Sáez, conocido por su trabajo en Varry Brava, y Antonio Turro, productor, profesor y virtuoso de la guitarra clásica. Juntos han creado un universo sonoro que rinde homenaje a la habanera, ese género casi olvidado que une las costas de España y Cuba, pero que en sus manos se transforma en algo nuevo, fresco y vibrante.
Carey no es solo música, es una travesía. Cada nota y cada letra están impregnadas de mar, de tabaco liado en un callejón de la vieja Habana, de esas despedidas amargas en los puertos que parecen eternas. Su sonido tiene la nostalgia de las voces gastadas de los viejos lobos de mar, pero también una modernidad que insufla vida a un género que, aunque relegado al polvo del tiempo, está más vivo que nunca.
La Casa Rosa: Un viaje entre el pasado y el futuro
Con La Casa Rosa, su último trabajo grabado en La Habana, Carey se sumerge de lleno en la esencia de la habanera, pero no se queda en la simple recreación del pasado. El disco es una delicada fusión donde Europa, África y América se encuentran, compartiendo mesa y mantel, pero con un toque de vanguardia que redefine los límites del género. Es música que respira historia, pero que también mira al futuro con una sonrisa cómplice.
En sus presentaciones en vivo, Carey no decepciona. Las últimas fechas en Murcia, con la Coral de Blanca, y en Orihuela, junto a la Coral Ginés Pérez, han demostrado que la habanera puede emocionar tanto en los grandes teatros como en las pequeñas cantinas donde el último sorbo de melancolía siempre sabe a más. Pero esto es solo el principio.
Rumbo a nuevas costas
En marzo, Carey llevará su música a Madrid en un concierto especial que promete sorpresas y colaboraciones inéditas. Allí presentarán su nuevo single, justo antes de hacer las maletas y cruzar el Atlántico para su primera gira en México, con paradas en ciudades como CDMX, Toluca, Puebla y Guadalajara. Un viaje que promete ser tan enriquecedor como su propia música.
Tras su paso por el Festival FIBD de Angoulême en Francia, Carey regresará a los escenarios con nuevos formatos, colaboraciones y, lo más emocionante, las primeras pinceladas de su tercer álbum, previsto para empezar a editarse en marzo. Un proyecto que, según prometen, traerá muchas novedades y la participación de grandes amigos.
Entre habaneras, boleros y nuevos horizontes
Pero Carey no se conforma con ser el guardián de la habanera. Después de explorar las profundidades de este género y sus infinitas ramificaciones, el dúo está listo para seguir navegando entre tangos, boleros, coplas y sones mediterráneos. Cada canción es un puente entre el pasado y el presente, entre la tradición y la innovación, siempre con la pasión de quienes entienden la música no solo como un arte, sino como una forma de vida.
Carey es la prueba de que la música puede ser un viaje sin mapas, donde cada puerto es una nueva oportunidad para reinventarse. Y mientras sigan navegando, nosotros estaremos aquí, dispuestos a embarcarnos en cada una de sus aventuras sonoras.