Por LoffMusic
La Navidad tiene banda sonora. Cada año, las mismas canciones llenan escaparates, playlists y sobremesas. Y, por costumbre o resignación, todos acabamos cantando a Mariah Carey. Pero este 2025, Miguel Poveda propone una alternativa tan luminosa como auténtica: El Árbol de la Alegría, un álbum que rescata el espíritu navideño desde la raíz flamenca y lo transforma en un abrazo colectivo.
Con su voz —esa que camina entre la emoción y la técnica con la naturalidad de quien ha nacido para cantar—, Poveda vuelve a abrir un camino propio dentro del panorama musical español. Y lo hace recordándonos que la alegría también puede tener compás.
Más que un disco navideño es un refugio sonoro
Publicado el 7 de noviembre de 2025, El Árbol de la Alegría no es un simple álbum de villancicos. Es un recorrido emocional por la memoria, la familia y el paso del tiempo, envuelto en bulerías, rumbas y fandangos que suenan a hogar.
“Es un disco que nace de lo que soy y de lo que he vivido”, ha explicado el artista. “Cada tema es una forma de celebrar, de recordar y de agradecer”.
En sus manos, la Navidad se convierte en un paisaje humano: las luces del barrio, las mesas con sillas vacías, la voz de las abuelas, la complicidad de los amigos que siguen cantando a pesar de todo.
Producido por Jesús Guerrero, el álbum reúne a músicos de confianza y colaboraciones corales que aportan textura y verdad. Los Makarines, El Londro y una nómina de voces del sur acompañan con palmas y jaleos que huelen a vida.
El espíritu de lo cotidiano
Donde otros buscan grandilocuencia, Poveda busca cercanía. Cada canción suena a conversación más que a espectáculo; a historia compartida, más que a artificio.
La melodía de El Árbol de la Alegría funciona como metáfora: un tronco de raíces flamencas del que brotan ramas que alcanzan lo universal.
En tiempos donde la música navideña parece reducida a fórmula y campanilla digital, este disco recupera la esencia del encuentro. No hay artificios, sino emoción; no hay ruido, sino verdad.
El flamenco como lenguaje de celebración
Poveda vuelve a demostrar que el flamenco no pertenece solo a la pena, sino también al júbilo. Su voz abraza la risa, el recuerdo y la gratitud con la misma intensidad con la que ha cantado al desgarro.
Cada compás respira libertad. El Árbol de la Alegría se atreve a dialogar con las raíces sin convertirse en museo. Hay tradición, sí, pero también modernidad, apertura y color.
En “Al calor de la luna”, una bulería alegre con aire mediterráneo, canta:
“Si el mundo se apaga, que me quede tu luz.”
Una frase que resume el espíritu del disco: buscar la claridad incluso en los días más cortos del año.
Una alternativa al cliché navideño
El titular no engaña: este año, podrás dejar de escuchar a Mariah Carey. No porque haya que renunciar al pop festivo, sino porque Poveda ofrece algo más profundo.
Mientras los grandes himnos navideños internacionales hablan de nieve, luces y reencuentros idealizados, El Árbol de la Alegría nos recuerda que la verdadera fiesta sucede en lo cotidiano: en una copa compartida, en un aplauso improvisado, en una voz que te reconoce.
Y si la Navidad es, en el fondo, una excusa para volver a mirar a los tuyos, pocas voces lo logran con tanta verdad como la suya.
Valoración final
Miguel Poveda entrega un álbum que trasciende géneros y estaciones. El Árbol de la Alegría es flamenco, pero también es emoción, raíz y futuro. Es la prueba de que la música popular todavía puede ser profunda, luminosa y honesta.
Este año, puede que sigas escuchando “All I Want for Christmas Is You”, pero cuando termine, sabrás que hay otra forma de celebrar. Y suena, inevitablemente, a Poveda


