“Cuando una cinta lo cambia todo, la música de la serie Mix Tape como protagonista”.


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La música como protagonista emocional en la serie que convierte la nostalgia en relato

Hay historias que no necesitan grandes artificios para hacerte sentir algo profundo. Basta una guitarra, un par de voces quebradas por el tiempo y esa vieja canción que, décadas después, todavía te hace una llave al corazón. Mix Tape —la miniserie irlandés-australiana estrenada en 2025— es justamente eso: un viaje a través de las canciones que marcaron una vida y dos personas que se niegan a soltarse del todo, aunque todo alrededor se haya roto.

La premisa es sencilla y afilada: Alison y Daniel se enamoran en la Sheffield de 1989, cuando el post-punk todavía olía a humo de pub y las mixtapes eran el equivalente emocional de un “te quiero” escrito a mano. Años después, separados por continentes y por heridas que aún supuran, la música sigue siendo el puente que los conecta.


La banda sonora como memoria viva

El catálogo musical de la serie no es solo ambientación: es narración pura. Lo decía Time Out al repasar su selección musical: himnos alternativos de los 80 y 90 funcionan como motivo de unión para los protagonistas, un ADN afectivo imposible de borrar.

Desde el riff de “Fools Gold” de The Stone Roses marcando territorio desde el primer episodio, hasta la punzada inevitable de “Love Will Tear Us Apart” de Joy Division en momentos donde el pasado duele más de la cuenta, cada tema parece escrito para la escena que ocupa.

La banda sonora funciona así como un álbum de recuerdos:

  • Los primeros latidos del amor adolescente en Sheffield → New Order, The Cure, Nick Drake.
  • El salto al presente, más adulto, más áspero → Angus & Julia Stone, Richard Hawley.
  • Las ausencias, lo que no se dijo → The Velvet Underground, The Jesus and Mary Chain.

Es una playlist que late.


Score original: emoción entre escenas

No todo en Mix Tape son licencias musicales conocidas. La serie cuenta también con un score original compuesto por Chiara Costanza, publicado como álbum con 15 piezas creadas para servir de pegamento entre escenas, recuerdos y saltos temporales.

Sin ellas, el viaje emocional no tendría la misma cohesión. Son respiraciones musicales: pequeñas cápsulas melódicas que dejan reposar un abrazo, un reproche, una palabra que no sale.


Episodios que se pueden leer en canciones

Un detalle ideal para lectores melómanos: Mix Tape está construida casi como un disco dividido en cuatro capítulos, donde cada episodio tiene su propio setlist reconocible.
Ejemplos:

  • E1: The Stone Roses, Nick Drake, Arctic Monkeys.
  • E2: The Fall, The Psychedelic Furs, 1927.
  • E3: Joy Division y la delicada versión de Frente! de “Bizarre Love Triangle”.
  • E4: Rory Gallagher y The Cure vuelven a golpear donde duele.

Cada capítulo suena distinto… como son distintos los estados del corazón mientras crece.


Nostalgia analógica en tiempos de playlists

El valor más grande de Mix Tape está en recordarnos algo que parecía olvidado:

Hubo un tiempo en que pasar una canción era pasar una parte de ti.

Hoy las playlists se comparten con un clic: inmediatas, infinitas, descartables. Pero una cinta… Ah, una cinta era dedicación. Era esperar a que la canción sonara en la radio. Era editar el mundo para otra persona.

La serie lo sabe. Y te lo recuerda.
Por eso funciona. Por eso duele bonito.


Mix Tape no es solo un drama romántico. Es una carta de amor a quienes crecieron rebobinando con un boli Bic. Una oda a todas esas canciones que, sin pedir permiso, se quedaron a vivir con nosotros. Y un recordatorio: aunque el tiempo pase, hay melodías que te siguen encontrando.

Porque todos tenemos nuestra propia mixtape.
Solo necesitamos volver a darle al play.